9/3/07

Sin título

Esto lo escribí haciendo un ejercicio, fue asi como que no se, se me vino a la cabeza y no sabía bien como iba a salir.


Tomo conciencia de mi, no veo brazos, veo ramas. No hay mas pelo, solo verdes hojas. No me puedo mover y creo que tengo un nido donde antes estaba mi ingle.

¡La reencarnación existe!. Aunque yo tenía una postura bastante incredula sobre el asunto.

Supongo que despues de todo tenemos un fin en este mundo.

Brindar oxígeno va a ser mi función, a menos claro, que un leñador venga a dar fin a mi vida, pero no me preocupo, porque voy a seguir sirviendo.

¡Vine para hacer grandes cosas! Puedo dar calor a alguien que lo necesita y salvarle la vida.

Puedo ser convertido en papel y los grandes políticos del mundo podran firmar tratados de paz sobre mí.

Puedo ser el que le traiga sabiduría a un ser humano, siendo un cuaderno.

Puedo llevar las noticias hasta los lugares mas remotos del mundo.

Puedo ser utilizado como algo para festejar un gol.

Ahí viene el leñador con su hacha.

¡Grandes cosas, puedo hacer grandes cosas!

En la calle Florida, un abogado apurado, se suena la nariz con lo que solía ser la pierna derecha de Juan Gomez

¡Grandes cosas!, ¡Venimos al mundo a hacer grandes cosas!



O tal vez no tanto.

1 comentario:

Fiorella Lucía dijo...

Salvemos a la selva amazónica.


Yo quiero reencarnar en un cactus.